El BURRITO SABANERO DE HUGO BLANCO
Con mi burrito sabanero voy camino de Belén,
con mi burrito sabanero voy camino de Belén,
si me ven, si me ven, voy camino de Belén.
si me ven, si me ven, voy camino de Belén
Con mi cuatrito voy cantando, mi burrito va tocando,
con mi cuatrito voy cantando, mi burrito va tocando,
si me ven, si me ven, voy camino de Belén,
si me ven, si me ven, voy camino de Belén
con mi burrito sabanero voy camino de Belén,
si me ven, si me ven, voy camino de Belén.
si me ven, si me ven, voy camino de Belén
Con mi cuatrito voy cantando, mi burrito va tocando,
con mi cuatrito voy cantando, mi burrito va tocando,
si me ven, si me ven, voy camino de Belén,
si me ven, si me ven, voy camino de Belén
Si al leer estos versos usted tararea
inmediatamente la melodía y se transporta a los años de infancia o a los
actos escolares de Navidad, seguro entenderá por qué El burrito de
Belén es mucho más que letra y música. Y si su hijo de cuatro o cinco
años lo acompaña con canto y ritmo, le quedará comprobado lo que
significa que una canción sea parte de la memoria colectiva.
La historia del burrito comenzó hace más de 30
años cuando los productores del famoso Topo Giggio, aquel muñeco con
forma de ratón y acento italiano que emocionaba a la chiquillada, le
propusieron al compositor Hugo Blanco (el mismo autor de la mundialmente
conocida Moliendo Café) escribir varias canciones que serían incluidas
en un disco de Navidad del personaje. El tema nunca fue grabado y el
autor esperó dos años más para hacer pública su nueva creación. La voz
escogida: Simón Díaz, a quien Blanco le producía y dirigía discos
decembrinos. “Grabé ese tema, pero pasó inadvertido, porque lo que la
gente esperaba ansiosamente eran canciones como La gaita de las locas y
La gaita de las cuñas”.
El olfato de Hugo Blanco le hizo insistir y, un año más tarde (1976), volvió al estudio de grabación con la canción bajo el brazo. Esta vez recurrió a un grupo de 14 niños del Coro Infantil Venezuela, a quienes rebautizó con el nombre de La Rondallita. La canción se convirtió en un éxito inmediato, no sólo en Venezuela.
El olfato de Hugo Blanco le hizo insistir y, un año más tarde (1976), volvió al estudio de grabación con la canción bajo el brazo. Esta vez recurrió a un grupo de 14 niños del Coro Infantil Venezuela, a quienes rebautizó con el nombre de La Rondallita. La canción se convirtió en un éxito inmediato, no sólo en Venezuela.
“La canción sonaba con tanta insistencia en
Puerto Rico que un empresario de la isla me llamó para hacer una gira.
Como no quería viajar, le pedí 20 mil dólares y para mi sorpresa me los
dio. Cuando llegamos a Puerto Rico entendí todo. El furor de la canción
era impresionante, llenamos el estadio Roberto Clemente, estuvimos diez
días cantando y todos los niños y padres se sabían la canción”.
Burrito de HispanoaméricaHasta Juanes ha cantado el burrito sabanero. En 2006, el colombiano participó en un disco con intérpretes de Hispanoamérica (Superestrellas en Navidad Pop) e incluyó una versión actualizada del tema. En destinos como México, República Dominicana, Perú,
España y hasta Nueva York, el burrito ha trotado,
año tras año, en las emisoras radiales, y aunque Hugo Blanco desconoce
cuántas versiones se han hecho de la canción, un paseo rápido por
Internet da cuenta de que artistas como el merenguero Sergio Vargas y,
más recientemente, los venezolanos de Voz Veis tienen el tema en sus
repertorios.
Blanco se siente satisfecho de que un “hijo” suyo
sea parte de la historia de la Navidad y cree que el tema tendrá larga
vida. “El burrito sabanero me permitió explorar un área desconocida para
mí, que era el de la música infantil. Y esta canción es un clásico que
seguirá cantándose, porque el público se va renovando siempre. No hay
colegio que no la cante, no hay un niño que no se la sepa, y cuando a
los niños les gusta una canción, la ponen y la ponen, no se cansan
nunca”.
Se llama Ricardo Cuenci y fue la voz original que grabó El Burrito de Belén cuando Hugo Blanco juntó a varios niños en lo que llamó La Rondallita. Aunque su timbre quedó inmortalizado en el disco, Blanco asegura que Cuenci no pudo ser incluido en la gira nacional e internacional para promocionar el tema. “Después de que grabamos la canción, al niño le cambió la voz. Tuve que buscar a otro e hicimos el trabajo”. Según Blanco, Cuenci cantó la canción en algunas presentaciones, pero bajo la tutela de otro empresario.
El hoy hombre de 40 años, que tuvo un breve paso por la cárcel, aseguró en una entrevista con el diario El Tiempo de Colombia que ya no se dedica a la canción, sino a la reparación de tuberías. “Yo he querido ir a la televisión para decir que el burrito sabanero sí existe. Yo quisiera que la gente lo supiera, que yo soy un hombre de buen corazón”.
ESTAMPAS DE “EL UNIVERSAL”- 02 12 2007
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